19 de julio, 2020.
Voy a seguir algunos de los planteamientos de Álvaro
García San Martín que es hoy uno de los principales filósofos chilenos que, con
minuciosas investigaciones, aborda la obra de Francisco Bilbao incorporando los
importantes trabajos anteriores como “Los cien nombres de América” (Universidad
de Costa Rica, 1991, ahora reeditado por Pehuén en Chile) o “Bilbao y el
hallazgo de América Latina” de Miguel Rojas Mix y “Escritos peruanos de
Francisco Bilbao” (Universitaria, 2006) de David Sobrevilla. Uno de los primeros
textos en que García San Martín expone sus ideas sobre Bilbao es en el artículo
“La pregunta Qué hacer y la modernidad de Francisco Bilbao” publicado en un
gran libro colectivo titulado “Grafías filosóficas. Problemas actuales y de la
filosofía y su enseñanza” compilado por Olga Grau y Patricia Bonzi en el año
2008. En este texto se encuentran planteada las ideas que nos interesan del
estudio introductorio a los textos de Bilbao en el libro “Escritos
republicanos. Selección de escritos políticos del siglo XIX”, en el cual además
se incluyen textos de Camilo Henríquez, Andrés Bello, José Victorino Lastarria,
Jenaro Abasolo y Valentín Letelier.
En estos textos aparece la idea de que las obras de Bilbao
pueden ser clasificadas en dos momentos. Un momento “igualitarista” y otro
“latinoamericanista”. El primero iría desde su ingreso al prestigioso Instituto
Nacional en el año 1839 hasta su partida del Perú en 1855; el segundo
comenzaría en el mismo año con su llegada a París hasta su muerte en Buenos
Aires. Un hito que marcaría el tránsito entre un periodo y otro, es una carta
de Lamennais escrita en 1853 en donde invita a Bilbao a pensar en un bloque
latino en América del sur en oposición al materialismo del mundo anglosajón.
Esta invitación verá sus frutos en la publicación de “Iniciativa de América” en
el año 1856. Texto relevante para el ya clásico trabajo de Miguel Rojas Mix
“Los cien nombres de América” publicado en Costa Rica el año 1991 y reeditado
este año por editorial Pehuén en Chile, el cual será parte fundamental de la
polémica con Torres Caicedo y el inicial uso de la palabra Latinoamérica.
Es curioso, pero ambos periodos de la obra de Bilbao se
relacionan con Europa y principalmente París. Para el primer período es de
importancia su viaje a Europa tras el escándalo de la publicación de
“Sociabilidad Chilena” en 1844, en el cual transita por Francia, Alemania,
Austria e Italia entre 1845-1847. Años en que estudia en el College de France y
del inicio de amistad con Quinet, Michelet y Lamennais. En 1848 participa de la
revolución de París y en 1851 desde la Sociedad de la Igualdad encabeza la
revolución en Santiago de Chile. En su exilio limeño en 1852 publica el texto
“La revolución en Chile y los mensajes del poscrito” (publicado en las Obras
Completas a cargo de Pedro Pablo Figueroa), en el cual es claro su
igualitarismo en la fundada “Sociedad republicana”: “Este artículo y el haber
formado una sociedad de jóvenes del país con el objeto de unificar las ideas
republicanas, me valió la persecución del gobierno peruano”; y en el mismo año
en su estudio “Santa Rosa de Lima. Estudios sobre su vida” (publicado en la
Imprenta del Correo en Lima y en “Estudios sobre la vida de Santa Rosa de Lima”
publicado en Buenos Aires por Bernheim y Boneo en 1861), escribía haciendo
hablar a la Santa: “Yo fui humilde y serví al indio y al esclavo, dime tú,
patria, que me celebras, ¿qué has hecho por el indio y el esclavo?”. Sobre este
último texto, nos ha dicho David Sobrevilla que anticipa la relación socialismo
y cristianismo que después encontraremos en José Carlos Mariátegui y en la
teología de la liberación de Gustavo Gutiérrez, esto en el prólogo a “Los
escritos peruanos de Francisco Bilbao” editados por Universitaria de Chile en
2006.
El segundo momento en el pensamiento de Bilbao coincide con
la aparente influencia del socialismo utópico que servirá como superación al
republicanismo al exigir un pensamiento radical, como vía alternativa al
liberalismo y la ilustración, por medio de la insistencia en una democracia directa
y no representativa. Aquí es fundamental el texto publicado en Lima titulado
“El gobierno de los electores” en donde señala ácidas críticas al movimiento de
independencia, tales como: “Veo la revolución y no veo revolucionarios, veo la
idea y no veo los espíritus que de ella se apoderen”, o “Jamás ha habido
revolución más justa y jamás ha habido después de la victoria revolución más
infecunda”. Además son relevantes sus libros “La América en peligro” (1863) y
“El evangelio Americano” (1864), sin embargo, en lo que sigue, utilizaré el
artículo mencionado dado el contexto constituyente en el que nos encontramos.
La traición de la clase elitista criolla ha sido fácil dado
que el pueblo no ha sabido instalar su protagonismo político: “La abdicación
del ciudadano, el patriarcado de los caudillos, la pasión por las personas, la
indiferencia para con la idea y la indolencia para con la libertad, son plagas
muy arraigadas en la organización del país”. La República representa el
principal peligro, de ahí la necesidad de la revolución: “En Francia, antes y
después de la revolución de Febrero, no había fe para aceptarla y la República
cayó por faltar a la lógica de la República. En Chile, en 1850, presente esa
idea en la Sociedad de la Igualdad, pero la Revolución fue vencida por no haber
seguido la lógica de la Revolución”. Así vemos cómo se van radicalizando las
ideas sociales en Bilbao, y para ser más evidente otra cita: “Hoy los sistemas
ambiguos se disipan y no veo sino dos ideas posibles para el gobierno del mundo:
o el zarismo, o el populismo. La autocracia absoluta, es decir, la creación de
un monstruo, o el gobierno directo del pueblo, es decir, populismo”.
Esta es la figura de Francisco Bilbao que presento a través
de esa capacidad del pensamiento para radicalizar sus planteamientos siempre
orientados por el amor hacia el que sufre, no sólo desde la pasión sino que
instalando el ejercicio racional. Termino con las palabras de Miguel Rojas Mix,
en texto disponible en su sitio web personal (www.miguelrojasmix.com):
“Pensador de un liberalismo radical, tomó permanentemente partido por la
libertad y los oprimidos; francmasón, defendió el laicismo contra las prácticas
conventuales, sensible a la multiculturalidad escudó la identidad indígena
frente a un Sarmiento exterminador de la barbarie; inspirado en una idea
continental proclamó la integración frente al nacionalismo estrecho”. Habría
que agregar la posibilidad de ver en Bilbao la posibilidad de un “socialismo
radical” más propio a las identidades culturales de América, en el mismo
sentido en que Sobrevilla nos ha recordado los dichos de Jorge Basadre sobre
Bilbao: “Un nuevo tipo de revolucionario en nuestra América, lleno de audacia,
honradez y generosidad” (En “Chile, Perú y Bolivia independientes”, 1948).
Alex Ibarra Peña.
Dr Estudios Americanos.
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