Por Fernando Bossi Rojas
No dudó en lanzarse al río para
salvar a una mujer que se ahogaba. Fue en el muelle de Buenos Aires y el frío
del Río de la Plata aceleraría la tuberculosis que en poco tiempo lo llevaría a
la tumba. Francisco Bilbao, que había nacido en Santiago de Chile en 1823 y falleció el 19 de febrero de 1865 en la
ciudad de Buenos Aires.
Siendo muy joven, Bilbao publicó
un artículo, titulado “Sociabilidad Chilena”, que produjo un verdadero
escándalo entre los miembros de la aristocracia y el clero. Dice el texto:
"La destrucción de privilegio es igualdad… Quitar el apoyo terreno a los
sostenedores del orden antiguo, es destruir su autoridad…”. Para la elite
chilena estos escritos eran insultantes: Bilbao fue acusado de blasfemia y su
publicación incinerada.
Complicada su labor en Chile se
trasladó a Paris y allí entró en contacto con políticos radicales de la talla
de Lamennais y Michelet, entre otros, participando en debates y conversaciones
que lo harían madurar en sus ideas políticas. Como protagonista de la revolución
de 1848, Bilbao fue adquiriendo experiencia en la militancia y participación
junto al pueblo y sus dirigentes.
En 1850 regresó a Chile. Junto a
otros intelectuales progresistas, fundó la Sociedad de la Igualdad. La lucha
contra la oligarquía chilena encontró en esta organización un espacio de
confluencia de artesanos y obreros con la intelectualidad radical. La
insurrección contra el régimen conservador de 1851 llevó a la Sociedad de la
Igualdad a convertirse en el ala izquierda durante esas heroicas jornadas.
Exiliado tras la derrota, Bilbao
se residenció en Buenos Aires. Allí se casó con la hija de Tomás Guido, amigo
personal del general San Martín. Con ella tuvo un hijo, Lautaro, que murió
apenas dos meses después de su nacimiento.
Bilbao fue un férreo luchador
contra la España oscurantista y clerical, denunció la intervención francesa en
México como también la penetración imperialista yanqui en la América Latina.
Supo advertir: “… los Estados Unidos están cerca… sus garras… las extienden
cada día en esa partida de caza que han emprendido contra el Sur. Ya vemos caer
fragmentos de América en las mandíbulas sajonas del boa magnetizador, que
desenvuelve sus anillos tortuosos. Ayer Texas, después el norte de Méjico y el
Pacífico saludan a un nuevo amo”.
Trabajó intensamente por
conformar la unidad de nuestra América, y siempre estuvo al lado de los pobres
y los revolucionarios: “… todo eso nos impulsa a la unión, porque todo está
amenazado en un porvenir, y no remoto, por la invasión ayer jesuítica, hoy descarada
de los Estados Unidos”.
Precursor del socialismo
latinoamericano, Francisco Bilbao tiene un espacio ganado dentro de los grandes
revolucionarios nuestramericanos.