Todos conocen su escrito la “sociabilidad
chilena” por lo que fue acusado y sentenciado en Chile a los 21 años, expulsado
del Instituto Nacional.
Queremos en esta ocasión resaltar
su profunda vocación americanista, uno de los propulsores del pensamiento
propio nuestro americano, se dice que Bilbao fue el primero en usar el término Latinoamérica
el que abandono luego en rechazo a la actitud colonial de los franceses donde tenía
sus referentes teóricos.
En 1856 escribió en Europa “iniciativa
de la América”, en 1862 escribió “La América en peligro” y en 1864 El Evangelio Americano en Argentina.
Recogemos de www.filosofia.org/ave/001/a299.htm
algunos extractos y comentarios.
“Iniciativa de la América” 1856
Perdida la ingenuidad sobre la
Francia y la Europa, decide Francisco Bilbao retornar a América:
«De aquí su convicción íntima que
la América, para llenar su misión de libertad universal, tenía que principiar
por emancipar su espíritu de la influencia que nos enviaba la Europa con sus
costumbres, ejemplos y educación. Animado de esta idea, reunió a los americanos
existentes en París y les invitó para volver a América, cada uno a su patria, a
hacer la propaganda de la necesidad de un Congreso Federal de las Repúblicas,
que estableciese, constituyese un núcleo que contuviera la invasión de las
monarquías, rompiera con las teorías absolutistas y realizara la patria
universal, la República. Al efecto les leyó el discurso ad-hoc que corre en sus
Obras Completas, discurso notable que encontró eco en el Nuevo Mundo y que le
mereció la aprobación entusiasta de sus maestros.» (Manuel Bilbao, pág. CLIII.)*
En la presentación de su Iniciativa de la América. Idea de un Congreso Federal de las Repúblicas,
dice Bilbao que ese texto fue leído el día 22 de junio de 1856 en París en
presencia de treinta y tantos ciudadanos pertenecientes a casi todas las
Repúblicas del Sur. Utiliza ahí, y quizá por vez primera, los conceptos de
«América latina». No hay que descartar que José María Torres Caicedo, a quien
algunos han atribuido la prioridad en el uso por escrito del término América
latina, en fechas posteriores al discurso de Bilbao, fuera uno de quienes
estuvieron presentes en aquella sesión.
Y gracias a que Manuel Bilbao,
para corroborar la afirmación contenida en la cita anterior, en el sentido de
que la propuesta de Bilbao encontró la aprobación entusiasta de sus maestros,
transcribe en nota la carta que Edgar Quinet escribía a su hermano el 8 de
julio, podemos comprobar cómo en el filósofo exilado entonces en Bélgica
operaba de hecho la realidad de la dialéctica de los imperios enfrentados
entonces: Inglaterra, Francia, la estúpida España, la joven Grecia bárbara que
entiende son entonces los Estados Unidos... frente al emergente proyecto de una
América hispana unida.
«El discurso sobre el Congreso
Americano es ciertamente una de las mejores cosas que se hayan hecho en
América. Habéis encontrado las palabras más apropiadas a tan grandiosa idea. A
cada página se siente que una acción importante nacerá de vuestras palabras.
Hay acontecimientos en germen en vuestro discurso, es el clamor de todo un
continente. Dais una contestación terrible a la agresión de los Estados Unidos;
les arrojáis el guante; ellos no olvidaran la barbarie demagógica. Es ciertamente
útil mostrarles que no les es permitido todo, y que los araucanos viven todavía”
“La América en peligro” 1863
«Postrado por la enfermedad que
lo agobiaba, condenado a una completa inacción por orden de los médicos, llegó
a su noticia que Santo Domingo había sido ocupado por la España, y Méjico
invadido por los franceses. Las monarquías atacando a las Repúblicas hermanas.
Estos graves atentados le pusieron fuera de sí. El espíritu dominó al cuerpo,
se sobrepuso a sus dolencias, a la debilidad corporal y desatendiendo las
prescripciones médicas corrió a ocupar su puesto en la vida pública del
Continente. Unido al hombre de acción y de corazón magnánimo, su íntimo amigo,
D. Juan Chassaing, invadió la prensa periodística, promovió asociaciones que
manifestasen que el pueblo argentino tomaba por suya la causa de sus hermanos los
agredidos. Organizáronse manifestaciones con tal motivo, centros que dirigieran
el espíritu público hacia la solidaridad de causa con México, que recogiera
subsidios para auxiliarle. Su voz tronó con todo el fuego del americanismo;
pero sin resultados positivos, [CLXIV] desde que la opinión no despertaba del
desvío a que la condujera la prescindencia que se notaba en el Gobierno
Nacional, [CLXV] la falta de fe en los miembros de la Junta que se había
organizado a presencia de esa misma prescindencia, y del silencio que guardaba
el Congreso de la Confederación. [CLXVI] Desesperado con tan malos resultados
no desmayó y se contrajo entonces a combatir ese mal, despertar al país y la
América avisándoles del peligro que corrían, manifestarles el mal de que sufrían
y el remedio que debía aplicarse para salvar de la [CLXVII] situación presente
y afianzar para el porvenir la permanencia de la República. Con tal objeto dio
a luz el libro titulado La América en Peligro. [CLXVIII] Este libro hizo
reaparecer el ataque del clero católico, por medio de todos sus órganos. El Sr.
Obispo lo encabezó, lanzando una pastoral en que atacaba al autor, prohibía la
lectura del escrito, y pretendía refutar la idea primordial en que se basaba
–‘catolicismo y libertad se excluyen.’ Bilbao refutó esa pastoral, hizo frente
a sus adversarios, pero esta vez tuvo la gran satisfacción de ser acompañado
por toda la prensa de Buenos Aires, menos los periódicos católicos. La buena
causa se encontraba en su mayoría, y la derrota del clero fue estrepitosa.»
(Manuel Bilbao, págs. CLXIII-CLXVIII.)
El Evangelio Americano 1864
«En tales agitaciones, la opinión
pública fue sorprendida con la noticia de la ocupación que la escuadra española
había hecho en Abril de 1864 de las Islas de Chincha pertenecientes al Perú,
alegando para semejante atentado el derecho de reivindicación, que la conquista
les diera en tiempo de Pizarro. Ante semejante ataque, todos vieron renacer los
tiempos heroicos de la epopeya de la independencia. ¡La conquista, atacando en
el corazón de las Repúblicas Americanas! Chassaing y Bilbao, ayudados de la
prensa de todos los partidos, levantaron un grito de indignación, clamando por
la unión de las naciones del Continente para responder al reto de la España, y
sólo un diario se opuso a que el pueblo siguiera sus instintos y sentimientos
naturales –La Nación Argentina, eco del Gobierno Nacional. De esta oposición
surgió la seria polémica en que Bilbao agotaba sus últimas fuerzas físicas,
defendiendo la necesidad de emanciparnos en cuerpo de la conquista que
iniciaban las monarquías, y en espíritu de las teorías que nos introducían.
Asistió, es esos días, arrastrándose y esqueletizado a los meetings del Retiro
y de Colón donde habló, haciendo esfuerzos sobre-humanos, y de donde regresó casi
sin aliento. Restablecido un momento y queriendo sucumbir primero en su puesto,
que atender a su salud, dio a luz su último trabajo, expresión de su alma pura,
y cual si fuera el testamento que legara a los racionalistas: El Evangelio
Americano. Al terminar las últimas páginas de este libro, la salud le abandonó
completamente y tuvo que retirarse de su vida pública, para no volver a
aparecer más en ella. El soldado daba su último aliento al pie del cañón que
proclamaba la regeneración de la humanidad.» (Manuel Bilbao, pág. CLXVIII.)
Todavía en Chile esta pendiente
el reconocimiento que se merece a Francisco Bilbao Barquín un propulsor del
pensamiento propio en NUESTRA AMÉRICA.
Centro de Estudios Francisco
Bilbao.
Febrero 2019.
*
1866
Obras completas de Francisco Bilbao. Edición hecha por Manuel Bilbao.
Imprenta de Buenos Aires 1866,