Chile: un país sin soberanía
“…hacer saber á
la gran confederación del género humano que el territorio continental de Chile
y sus Islas adyacentes forman de hecho y por derecho un Estado libre
Independiente y Soberano, y quedan para siempre separados de la Monarquía de
España, con plena aptitud de adoptar la forma de gobierno que más convenga a
sus intereses…”
Proclamación de la
Independencia de Chile (1818).
¿Chile es realmente independiente
y soberano, como proclama el acta? Lo cierto es que nunca lo hemos sido
realmente y las razones son muchas y variadas. Una de ellas -la más importante-
es el dominio de la oligarquía criolla que ha sido la que ha gobernado el
país desde antes de la formalización de la independencia.
La oligarquía criolla siempre fue
dependiente de los imperios que nos han sometidos como pueblos, siempre veló
únicamente por sus intereses y para ello no solo pisoteó a las clases
subalternas o al bajo pueblo, también ella como élite social pudiente se
subordinó al mejor postor, al que ofrecía más por sus servicios desde fuera del
país.
Es la misma oligarquía, que se
resistió a la independencia nacional y luego a nombre de la independencia brego
por la desunión de los países al sur de Estados Unidos, olvidando que nuestra
libertad era obra de las fuerzas independentistas allende Los Andes. Es la
misma que impidió que Chile fuera promotor de la obra de Simón Bolívar en el
Congreso Anfictiónico en Panamá; la misma que hoy destruye la unidad de sur
américa en UNASUR e invoca al TIAR para atacar a Venezuela bajo los dictados
del imperio.
Esta oligarquía criolla, que con
el tiempo se convirtió en la que hegemonizó a toda la clase burguesa chilena,
fue transformándose y adquiriendo nuevas características, pero hay
algunas que han permanecido inalterables en el tiempo: su intenso odio a los de
abajo, bregar porque América Latina esté desunida y venderse al mejor
postor.
En la práctica nunca hemos tenido
una oligarquía que defienda la Soberanía Nacional y menos la Soberanía Popular,
aunque digan lo contrario.
Estas características negativas
con el tiempo se acrecentaron. La oligarquía no actúa sola, ella ha sido capaz
de subordinar a muchos y crear instituciones, como las FF.AA y de Orden, para
asegurar sus privilegios.
En la actualidad la fórmula para
seguir vendiendo nuestra soberanía son los diferentes tipos de tratados
comerciales que el país ha firmado y que violan nuestra soberanía, ya que las
transnacionales y potencias imperiales como EE.UU deciden las políticas que se
implementan en Chile, y por otro lado desarrollan un “Estado Policial”
moderno que reprime brutalmente la acción colectiva de los movimientos
sociales y pueblos originarios.
Hoy por hoy, todas nuestras
riquezas naturales están en manos extranjeras: FORMALMENTE SOMOS DUEÑOS DE
TODO, PERO EN LA PRÁCTICA DE NADA. Nuestras capacidades de defensa nacional
están subordinadas a la tecnología norteamericana o de sus aliados, lo cual nos
hace absolutamente dependientes y así en cada ámbito de la vida, los
alimentos, las telecomunicaciones, la energía, la tecnología, hasta la cultura
están bajo los criterios que se definen fuera del país.
Chile es un nombre, una marca
concesionada. No se trata de ser autárquicos -se necesitan acuerdos con otros
países- la inter-dependencia con la comunidad internacional es necesaria,
especialmente con América Latina o con Nuestra América como la denominó el gran
patriota cubano José Martí.
Hay una razón potente para bregar
por la unidad de los latinoamericanos, y que la da sentido a la idea del
libertador Simón Bolívar de que “la patria es América”. Esto es la necesaria
protección mutua contra los nefastos intereses de los imperios, en especial el
gringo.
Francisco Bilbao llamó a
defenderse de los imperios expansionistas que amenazaban al mundo, afirmando
que "todas las naciones hispanoamericanas llegarán a ser protectorados de
Estados Unidos - al menos que ellas se unan".
La unidad de “Nuestra América”,
es una condición básica para asegurar nuestra soberanía como nación, porque la
única fórmula patriótica para proteger nuestros intereses es la cooperación mutua.
¿Si no estamos unidos, cómo defenderemos nuestros intereses en la Antártida
cuando termine el tratado que la protege en algunos años?.
Podemos decir que en todo relato
patriótico verdadero, existe una base fundamental y es que los asuntos de cada
país se definen en el país y por el absoluto soberano que es el pueblo. La
realidad nos indica que estamos lejos de eso.
Un ejemplo: Chile es el principal
productor de cobre y por eso deberíamos poder determinar los precios de la
libra de cobre o influir significativamente en ello, pero no es así.
¿Por qué la bolsa de metales está
en Londres, lugar donde no se producen minerales?, ¿por qué esa bolsa no está
acá, en Antofagasta por ejemplo?
Esto se debe a que la oligarquía
chilena vende patria obedece a intereses foráneos y nunca ha tenido el interés
de que Chile decida sobre sus riquezas y tenga una política en función de
ello.
¿Qué significa ser soberano y por
tanto independiente?
En esencia que las políticas de
todo ámbito se definan dentro del país por los que conforman el soberano que es
el pueblo o los pueblos que habitan este angosto rincón del planeta.
Para ser independientes o
soberanos, tenemos que asegurar tener las condiciones para ejercer
dicha soberanía, es decir tener capacidades propias en todo ámbito
y que las influencias foráneas tengan un margen limitado de acción.
La soberanía nacional para que
sea verdadera debe tener otro componente esencial: el que exista soberanía
popular.
La soberanía nacional solo puede
existir a condición de que exista soberanía popular.
La oligarquía chilena, creó una
forma de estado, el Chile Portaleano, útil a sus intereses; y con el golpe
terrorista de Pinochet lo remplazó por el Estado Guzmaniano, para
asegurar que “nunca más” se viviera un proceso de cambio profundo como el que
encabezó el gobierno de la Unidad Popular con el presidente mártir Salvador
Allende.
Está oligarquía se dotó de brazos
políticos para asegurar su dominio: por un lado la derecha nacida luego del
gobierno de los militares terroristas y por otro, la Concertación, devenida en
Nueva Mayoría que se integró con mucho entusiasmo al Estado Guzmaniano al
que llamó “democracia en la medida de lo posible”.
Un mentor de la llamada
Concertación, Edgardo Boinenger, dijo a principios de los 90, que el “Estado
tiene que perder soberanía y que muchas cosas se definirán fuera del país”,
dicho y hecho.
El espíritu vende patria de la
Concertación, devenida en Nueva Mayoría, está reflejada en los tipos de acuerdo
comerciales internacionales y en la promoción -con Michelle Bachelet y Heraldo
Muñoz a la cabeza- del TPP11, que como lo ha denunciado el prestigioso académico
de la Universidad de Cambridge y de la Universidad de Santiago en Chile José
Gabriel Palma y más recientemente el académico de la Universidad de Chile
Hassan Akram, van en contra de los intereses de Chile y en favor de los
intereses de las transnacionales.
Tenemos que recordar que con
Salvador Allende se logró que el 100% del cobre fuera chileno, por otro lado,
cuando terminó el gobierno formal de Pinochet, el cobre era en un 70 % chileno;
con los gobiernos de la Concertación-Nueva Mayoría solo el 28% del cobre es
chileno. Y así se podría hablar de otros minerales, de la riqueza del mar, de
las riquezas forestales, de las sanitarias, de la energía, de las
telecomunicaciones, etc, etc, etc.
Somos un país sin tecnología
propia, dependemos de las fuerzas armadas de Estados Unidos y sus aliados para
tener una defensa y protección nacional decente.
Un muestra tragicómica, es el
episodio del 2 de marzo del 2010, luego del mega-terremoto que nos afectó,
cuando la entonces secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton,
llegó a Chile y se reunió con la presidenta Michelle Bachelet, quien recibió a
la funcionaria estadounidense en una base de la Fuerza Aérea aledaña al
aeropuerto internacional de Santiago, que fue dañado por el terremoto. Clinton
tuvo como principal objetivo saber más detalles de la tragedia que nos afectó y
coordinar los recursos que aportaría EE.UU. La mandataria chilena recibió a
Clinton al pie del avión. Ambas se fundieron en un abrazo y de inmediato
tuvieron una reunión. Minutos después, frente a las cámaras, Clinton entregó a
Bachelet un teléfono satelital y dijo que tenía otros 24 allí mismo para darle.
La razón de dicha entrega es que
Chile, país soberano, no tenía los medios para comunicarse con las regiones
afectadas. ¿Qué país independiente y soberano, no tiene ni para comunicarse con
sus regiones en épocas de crisis?. ¿Qué pasaría si estuviéramos en guerra?
El entonces jefe de la Armada,
Juan Edmundo González, entregando su testimonio sobre el accionar de la
institución que dirigía en el terremoto, dijo en el parlamento: “Yo me mantuve
en mi casa, tenía energía, un generador propio, entre comillas, porque al final
no tuve ningún celular, ningún teléfono satelital hasta que al final a las 5:10
am, fui informado que la escuadra no había zarpado, que no había maremoto
porque la alerta había sido cancelada hace cinco minutos y obviamente que me
relajé un poco”. Plop.
Aparte de no tener soberanía
sobre lo nuestro, estamos conformados con instituciones, como las Fuerzas
Armadas y de Orden, que están dirigidas por corruptos y mercenarios, cada
compra de armamento, cada gasto, incluso los reservados, están comprometidos
con la corrupción de los altos oficiales. Si la plata y los negociados son los
que los rigen, ¿quién podrá defender a la patria?.
Hay “honor y gloria” en la
corrupción, en subordinarse a las transnacionales, a los imperios. Son solo la
“guardia pretoriana de los poderosos” como lo vaticinó el comandante en jefe
del Ejército asesinado por orden de Pinochet, Carlos Prats González.
Las banderas de la real soberanía
tanto Nacional como Popular, que tienen que estar unidas, es lo que podríamos
denominar el Chile popular, el de los trabajadores y pueblo, que quiere y ama
con sinceridad a Chile, que respeta la madre tierra y nuestra diversidad como pueblos.
El poeta expresó este cariño en
su “Cuándo de Chile”:
“Ay Patria, sin harapos,
ay primavera mía,
ay cuándo
ay cuándo y cuándo
despertaré en tus brazos
empapado de mar y de rocío.
Ay cuando yo esté cerca
de ti, te tomaré de la cintura,
nadie podrá tocarte,
yo podré defenderte
cantando,
cuando
vaya contigo, cuando
vayas conmigo, cuándo
ay cuándo.“
ay primavera mía,
ay cuándo
ay cuándo y cuándo
despertaré en tus brazos
empapado de mar y de rocío.
Ay cuando yo esté cerca
de ti, te tomaré de la cintura,
nadie podrá tocarte,
yo podré defenderte
cantando,
cuando
vaya contigo, cuando
vayas conmigo, cuándo
ay cuándo.“
Centro de Estudios Francisco Bilbao.
Septiembre 2019.